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NICOLE WILLIS AND THE SOUL INVESTIGATORS en concierto
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Como ya se comentó en su día, a propósito del gran disco que se ha marcado Charles Bradley, el soul sigue produciendo muy buenos trabajos que conviene reseñar en la medida de lo posible. Hoy traigo uno que me ha causado una grata impresión. Se trata del último álbum de de Nicole Willis, cantante neoyorquina aunque afincada en Finlandia, que responde al nombre de Tortured Soul (Timmion/Resistencia).
A decir verdad, lo nuevo de Willis se ha hecho esperar. Este segundo disco llega ocho años después de su celebrado debut, Keep Reachin’, donde ya mostraba unas maneras plausibles para cualquiera que se le ericen los pelos con los popes del soul y el funk. Dueña de una larga carrera musical, Willis había participado durante los 80 y 90 en grupos alejados del soul como The The y cercanos a la música de baile como Leftfield oPizzicato Five. Pero se mudó a Finlandia tras emparejarse con un músico finés dedicado a la electrónica y decidió probar con sus inquietudes del soul.
Desde Finlandia, ahora publica este absorbente Tortured Soul, donde la cantante hace referencia a su alma torturada. Según ella misma, ha pasado por diversos baches emocionales que han configurado este disco aunque ahora dice estar en orden consigo misma. En el álbum, encontramos soul muy estiloso y repleto de impulso, donde los medios tiempos se entremezclan con buenas píldoras que apelan al esqueleto, como si en ese contraste la cantante mostrase su desequilibrio sentimental, ramalazos sonoros sobre lo triste y lo alegre, lo que pierdes y lo que ganas.
Si en Keep reachin’ up parecía buscarse el recreo soul de corte clásico, a medio camino entre los sesenta y los setenta, ahora la artista de Brooklyn se expande en su concepción rítmica y barniza sus canciones de un mayor aspecto contemporáneo. Llamativas por su sonido afectivo y muy sugerente, se arriman más al funk callejero e incluso al pop. Bastante culpa tiene el punto de vista sonoro de Didier Selin, productor del álbum.
Al igual que Sharon Jones, Willis se hace acompañar de una amplia formación de músicos blancos para recrear su música abundante en viruecos rítmicos. Responden al nombre de Soul Investigators, que poco después de grabar el primer disco con Willis sacaron un álbum instrumental bastante interesante llamado Home Cooking. En este sentido, en Tortured Soul, conviene destacar toda la sección de vientos que, ofreciendo sutiles y eficaces ráfagas, parece engrasada como la mejor de las máquinas del ritmo, siendo el contrapunto perfecto para la grácil voz de Willis. Tortured soul engancha. Estamos hablando de uno de los grandes álbumes de soul del año.
www.nicolewillis.com