El TCM estrena su proyecto de coproducciones con compañías de Murcia con un texto fundamental en la dramaturgia española contemporánea; el último que escribió su autor Federico García Lorca. Una obra de la que se han hecho, por fortuna, muchas versiones, comenzando por aquella que en 1964 firmara Juan Antonio Bardem, con decorados del pintor Antonio Saura. Antes, había sido estrenada por Margarita Xirgú en Buenos Aires, en 1945. La Compañía Alquibla acepta este reto con la convicción de que se tratar de uno de sus proyectos escénicos más arriesgados. La casa de Bernarda Alba es uno de esos textos que deberían estar siempre sobre los escenarios, sin dejar pasar una sola temporada con una nueva revisión, para que el público tenga la oportunidad y el placer de disfrutarlo. Esta obra se inscribe en el periodo postrero de la obra de García Lorca, en el que el drama se tiñe de potentes elementos poético. El tema, tomado del acervo popular como sucede en sus últimas obras, cuenta la historia de una madre que condena a sus cinco hijas a permanecer enclaustradas con motivo del luto del marido y padre, recientemente fallecido. En esta tragedia, el poeta granadino traspasa los límites del realismo naturalista para conducirnos por los difíciles caminos del simbolismo.