La presencia de Carmen y Matilde Rubio se hacía imprescindible en estos primeros pasos del TCM. Creadoras de reconocimiento internacional y productoras de empeños imposibles han cumplido con creces los 25 años de permanencia en los escenarios de todo el mundo. Nos llegan en estos compases iniciales del Circo con dos de sus más característicos montajes. Hijas del Alba es una coreografía inspirada en la obra de Federico García Lorca La casa de Bernarda Alba, cuyo montaje teatral a cargo de la Compañía Alquibla protagonizará nuestra cartelera en el próximo mes. Esta versión de Carmen y Matilde Rubio decimos que está inspirada y no basada, pues ni personajes ni historia se corresponden con el original. Es inspirada, pues lo que trata de reflejar es el ambiente opresivo y represivo de la familia Alba, el aire irrespirable que envuelve una casa habitada por mujeres de luto, en una época en la que imperaba una sociedad machista hipócrita. Cuatro mujeres con cuatro personalidades marcadas (Represión, Rebeldía, Ingenuidad y Timidez) y con cuatro formas de relación con el hombre, o, mejor dicho, con la ausencia de éste. La presencia del hombre, onírica e imaginaria, toma forma en el rol del Deseo, personaje que sólo habita en el subconsciente de las mujeres y que desencadena todo tipo de emociones en ellas, desde la lujuria hasta la violencia, pasando por el miedo y la perplejidad. Hijas del Alba se estrenó en 1989 y fue la primera coreografía argumental de Javier Latorre. Hoy se vuelve a poner en escena, actualizada técnica y estéticamente, en manos de una compañía idónea por sus características técnicas e interpretativas.