"El príncipe feliz es una fábula de cómo el conocimiento de la realidad, de la pobreza que hay en cada ciudad, que sólo vemos si nos elevamos por encima de los muros que nos rodean a cada uno, nos conmueve y nos conduce a la acción", indica Jorge Picó, director del montaje. En la colina que domina la ciudad se eleva la majestuosa estatua del Príncipe Feliz, cubierta de oro y piedras preciosas. Había tenido una vida fácil y lujosa tras los muros de su castillo. Pero ahora, inmóvil, desde lo más alto, observa la miseria de su población y llora de impotencia. Con la ayuda de una viajera golondrina, el Príncipe repartirá todos sus ornamentos, la única riqueza de la que dispone, hasta que sólo le quede su corazón, símbolo de la compasión humana. Juntos, golondrina y príncipe, nos muestran lo que significa el amor y la generosidad. Se trata de la adaptación del cuento homónimo de Oscar Wilde, sin restar un ápice de la intensidad dramática que contiene el relato, fundiendo distintos lenguajes artísticos. Espectáculo recomendado por la Comisión de Teatro y Circo de LA RED NACIONAL DE TEATROS, AUDITORIOS, CIRCUITOS Y FESTIVALES DE TITULARIDAD PÚBLICA. Premio FETEN 2012 mejor adaptación teatral.