Las entradas se repartirán en la taquilla del Teatro Circo Murcia 2 horas antes del comienzo de la función, y máximo dos por persona.

El programa que se presenta se articula como un recorrido por algunas de las piezas más influyentes, no sólo del repertorio beethoveniano sino de la música clásica y de la historia de la humanidad, de manera más general.

En ellas, puede verse como el genio Beethoven muestra toda su evolución y su grandeza compositiva, pasando por las distintas etapas de construcción de un lenguaje que hoy en día es universal y es tomado como parte de la esencia y conciencia del hombre contemporáneo.

La obertura Coriolan muestra a un compositor maduro, reflexivo, que presenta una música dramática pero honesta. En ella, las secciones de viento y cuerda dialogan entre sí, por temas de alto contenido expresivo y con numerosas figuras que se imitan a lo largo de la pieza. La sección de cuerda interpreta fragmentos de gran vivacidad y fuerza, que contrasta con los sorprendentes momentos de silencio, que son utilizados casi como el “ahogo” de un grito y que confieren aún más un contraste cargado de intensidad emocional.

El Concierto para piano Nº 5 es una de las grandes apuestas del programa. Este concierto fue el último escrito por Beethoven dedicado a este instrumento. El piano y la orquesta confluyen en una comunión de sonoridades, en una continua esperanza humanista en torno a la grandiosidad de la orquesta y el piano solista. Los elementos que en él se muestran confluyen con maestría en las recurrentes sonoridades en torno a la tonalidad de Mi bemol mayor, una tonalidad asociada en Beethoven con el “héroe” y lo grandioso. Beethoven escribe aquí una de las páginas más conocidas de la historia de la música. A través de sus tres movimientos, el piano muestra todo su virtuosismo y grandeza a la hora de presentar los temas, desarrollarlos con la orquesta y generar esas atmósferas contrastantes y súbitas que llevan al oyente desde la sensación más plena de grandilocuencia hasta la calma y delicadezas más absolutas.

Por último, la Sinfonía Nº5. Si cabe, una de las obras maestras de todo el repertorio clásico, interpretada y versionada miles y miles de veces alrededor del mundo, construye el paradigma de composición formal clásico y, a la vez, abre la puerta al nuevo Romanticismo que ya era palpable de primera mano en la sociedad europea del siglo XIX. Musicólogos han llegado a catalogar el archiconocido tema de cuatro notas del primer movimiento como “el destino llamando a la puerta”, como una alegoría de la vida del hombre y su inexorable enfrentamiento a su propio destino. La sinfonía es, en palabras del gran G. Mahler “escribir una sinfonía es como construir un mundo”. Y aquí, Beethoven muestra un mundo universal, con luces y sombras, pero con un fuerte optimismo final. El hombre, preso de sí mismo consigue triunfar ante su destino y consigue librarse de su propia opresión. Otros musicólogos tildaron la sinfonía de tintes autobiográficos del propio Beethoven. Lo que es indiscutible es que se trata de una de las obras musicales de mayor influencia e importancia dentro de la cultura, pensamiento y esencia de la humanidad.

Como ya aventuraba el poeta F. Schiller: “Todos beben de alegría en el seno de la Naturaleza. Los buenos, los malos, siguen su camino de rosas”. Sobre estos versos, pocos años después el propio Beethoven escribiría la famosa Oda a la Alegría. Esa es la universalidad de la música de Beethoven, música para todos los seres humanos.

Ficha técnico-artística:

Solista: Arturo Ruiz Blázquez

Director: Raúl López Sánchez