Vuelve al TCM la primera coproducción realizada con una compañía murciana, después del éxito alcanzado en su estreno el pasado noviembre. Se trata de un texto fundamental en la dramaturgia española contemporánea; el último que escribió su autor Federico García Lorca. Una obra de la que se han hecho, por fortuna, muchas versiones, y que fue estrenada por Margarita Xirgú en Buenos Aires, en 1945, con escenografía de Santiago Ontañón. Alquibla, quizás la más veterana de cuantas compañías perviven en el panorama del teatro murciano, aceptó este reto con la convicción de que se trataba de uno de sus proyectos escénicos más arriesgados. La casa de Bernarda Alba es uno de esos textos que deberían estar siempre sobre los escenarios, sin dejar pasar una sola temporada con nuevas revisiones, para que el público (especialmente el más joven) tenga la oportunidad y el placer de disfrutarlo. Esta obra se inscribe en ese periodo postrero de la obra de García Lorca, en el que el drama se tiñe de potentes elementos poéticos. El tema, tomado del acervo popular como sucede en sus obras, cuenta la historia de una madre que condena a sus cinco hijas a permanecer enclaustradas con motivo del luto del marido y padre, recientemente fallecido. En esta tragedia, el poeta granadino traspasa los límites de la narración para sumergirnos en un poderoso universo lírico cargado de elementos metafóricos.